| Cuantas veces tuve dudas, preguntas, inquetudes, desazon, agustia, tristeza, rabia. Todo aquello que me mostraba el desamparo y la soledad en mi lucha contra la vida. Por salir adelante, por tratar de comprender por que a mi me ocurria lo que me ocurria. Que hubiera dado yo por tener un telefono donde marcar un numero x, y llamar a algun sitio donde poder encontrar una respuesta. Tal vez un supernumero telefonico donde llamar, tal vez a Dios mismo. Si, por que no?. Y no lo encontre, no lo vi, no escuche su ring por ningun lado. Y ahi segui con mi batalla de todos los dias. Ahora sin embargo he descubierto que siempre ese telefono especial, estuvo a mi alcance y que ha estado sonando, ringeando constantemente, dia y noche. Solo que yo no lo habia escuchado con mis oidos internos, sensoriales, espirituales. Desde que el Señor Jesucristo me tomo para si y para el Padre, mi corazon se volco hacia la oracion, pero la oracion con corazon sincero, compenetrado en mi esencia con la comunicacion y dialogo que estoy ejerciendo con el. Donde cada musculo, cada tendon de mi cuerpo, cada gota de mi sangre, cada sentimiento y pensamiento esta canalizado y enfocado en el Señor Jesucristo, ante quien estoy ablando, con todo mi corazon. Desnudo de todo plumaje, como un pajaro que es en su esencia, solo su canto atraves del aire y los cielos hacia el Padre. Y por la gracia misericordiosa del señor, me mostro y se me concedio, que notara yo que cada vez que asi ore a el, se tejia en mi una especie de ejercicio del alma, del espiritu. En que como un puente bendito hacia el Señor, con la oracion constante a traves del dia, de nuestro dia cotidiano. Si, ese de la oficina, del trafico, de la ducha por la mañana y el cafe, de las tostadas y la mantequilla. Ese de cruzar la esquina junto a otros cientos para tomar el metro. Ese dia. Me permitia por obra y gracia del Señor, acceder a una oracion elevada. Donde mi espiritu gozoso se podia regocijar en su presencia, delante de su amor y misericordia, de su benevolencia. Podia sentir fisicamente su presencia en la habitacion, su perfume fragante, su calor que rodeaba mi cuerpo fisico. Y ho Dios santo, como se jubilaba mi alma, exaltada por la sensacion de su inmensidad e infinito amor. En este simple ejercicio constante y periodico de la oracion, me habia conducido a un estado en que podia caminar delante de sus ojos inbuido de su espiritu, en paz. Si, por que como decia un hermano, "Dios me ama, a pesar de mi mismo". Entonces me fue dado el darme cuenta de la importancia de la oracion como comunicacion directa con las cosas del señor. A traves de una oracion que ha precindido de frases tipo, de salutaciones aprendidas de los padres, la iglesia, de la cultura, aprendidas de tanto repetirse una y otra vez y de tanto escucharlas, repetirlas nuevamente, Tanto asi que, y desgraciadamente, algunas veces ni siquera se le entiende al que repite dichas frases por que son repetidas como verdaderas plantillas mecanicas. Hoy tengo ese telefono, aqui, al lado mio. Lo puedo agarrar y levantar cuando quiera y elevar mi oracion de gracias o peticion al señor en cualquier momento. Dios quiere que yo sea feliz, y quiere conversar conmigo. Asi, en directo los dos. Me parece verdaderamente increible y maravilloso. Pero nada, absolutamente nada de todo esto, no lo hubiera expirementado yo, si no hubiese pedido al Señor que se mostrara a mi. Si no le hubiera gritado al señor insistentemente que me llamara, me tomara y por su benevolencia me sacara de donde estaba. Pedi y me fue concedido. Busque al Señor y el dejo que yo le encontrara. Clame su proteccion, su amor y a el le parecio bien darmelo. Por que nada sucede sin que el primero asi lo estime. No fui yo el que descubrio estas maravillas, por mucho empeño que hubiera puesto. Si no por obra y gracia de Jesucristo nuestro señor y la voluntad del Padre en los cielos. Para ellos, todo honor y toda la gloria en toda su creación. Bendito es el señor. |
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