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CRISTO VIVE EN CADA POBRE

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Busca, busca.....


1/17/2007

Po que no ser mas simples..........


TODO EL RESPLANDOR, EL FULGOR, EL BRILLO Y LA MAGNIFICENCIA DE TODAS TUS CONDECORACIONES Y MEDALLAS.......NO ME DEJA VER LA LUZ DE TU SER.

1/14/2007

¿Que es ser Cristiano?


Cuantos han creído que seguir a Cristo, no es mala idea. En cierta forma hasta en la sociedad es bien mirado, tal vez símbolo de honorabilidad es el decir "Soy Cristiano". Nos sentimos agradados por que el sábado o el domingo vamos recién duchaditos, perfumados, con nuestra ropa planchada y limpia, hasta incluso hemos lavado el auto y lo hemos perfumado también. Vamos contentos a cantar al Señor sus alabanzas. Algunos, dichosos ellos, llevan a toda su familia. Y nos sentimos contentos por ello. Pero aun, los que esto hacemos, me pregunto ¿Estamos realmente siguiendo a Cristo? Recuerdo a una compañera de trabajo que me decía "¡Mira como te ha bendecido tu Dios, si tienes mas problemas que antes! ¿Te has vuelto más rico, has cerrado mas y mejores negocios?". Me lo decía en momentos en que debí afrontar algunos problemas. Seguir a Cristo no significaba el ser bendecido con más dinero y mejor posición social. Dado que trabajamos para lograr un lugar en su morada santa, el cristiano por misericordia y gracia del Señor, trabaja cada dia de sus dias en un largo y difícil camino de renuncia a todos nuestros egos, a toda atadura afectiva a nuestras posesiones materiales. Cristo dice en Mateo 8:20: "Las zorras tienen guarida, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza". Que podemos decir y hacer ante esta frase. ¿Que pueden decir algunos pastores y autoridades de las iglesias, todas, que viven en el lujo y la sobre abundancia usando las fortunas, pequeñas o grandes que salen del bolsillo de los feligreses? En la cual Cristo, siendo hijo de Dios, grande en poder sobre toda cosa creada....no tenia ni un solo lugar digno de su investidura para recostar sus huesos y dormir?. Nos enseña aquí Cristo el desprendimiento de toda atadura material que nos engaña, y por el mal que obra en el mundo, por el mal que aun reside en nosotros. Nos atrae, nos miente e ilusiona, y creyéndonos en la comodidad de nuestras posesiones, nos hace creer que en solo nuestro bienestar esta el sentido de vida del cristiano. Incluso las iglesias de todas las denominaciones cristianas son engañadas, ya que persiguen construir hermosos templos, y olvidan que no pescaran más hombres y almas, por el lujo de sus decoraciones. Ese también fue un engaño del mal. Por algo Cristo les reprende desde los confines de la historia con su celebre frase"Amáis mas el lujo de vuestros templos de lo que amáis a los pobres". ¿Pero que es ser cristiano entonces si no es ir al templo, con la familia o solo, pagar el diezmo, construir templos en su nombre? Ser cristiano significa renuncia a si mismo. Cargar su propia cruz y con ella seguir a Cristo. Fundiéndose en el, desarmando nuestros muros y dejando entrar el dolor de otros. De modo que refundidos y bruñidos en Cristo, alberguemos la ausencia de amor con que se nos presentan los otros. Y así perdonaremos sus ofensas. Especial mención hago en este punto por quines deben sufrir la contienda diaria de sus propios familiares por seguir nosotros a Cristo. Como no ha de doler hasta el alma ver la rebeldía de tus hijos, el desprecio de quien te acompaña en la vida, tu compañera(o).Pedid a Dios misericordia por la rebeldía de tu casa. Encuentre el consuelo en su palabra de que Dios tiene un plan muy definido, un plan de vida especifico para cada uno de nosotros, en que en su infinita inteligencia y sabiduría, el Señor obrara a su tiempo, no al nuestro, en sus almas. Y según sea su voluntad, les llamara como nos llamo a nosotros.
Sea pues vuestro camino de seguir a Cristo, renuncia, humildad, misericordia, benevolencia, perdón, aun con todo tu dolor a cuestas, desprendimiento, oración y constricción de corazón ante la cruz redentora. Que todo lo demás, toda cosa material que esta bajo tu posesión momentánea, y aun la relación que tienes con los que habitan en tu casa y sean estos de tu sangre o no. Sean tenidos por el cristiano, como nada, delante de las glorias y potestad del Señor. Por que el seguir a Cristo es ir contra el mundo, y por ello probareis la espada del mundo, aun dentro de tu casa.
Mateo 10: 34-39 " 34 »No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada, 35 porque he venido a poner en enemistad al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra. 36 Así que los enemigos del hombre serán los de su casa. 37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halle su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.


Para la Gloria del Señor nuestro Dios, su Hijo Santo Jesucristo y el Espiritu Santo en su aliento reposamos.


Amén



ignacio.lexusnexus@gmail.com

1/11/2007

Si conocieras

Si conocieras como El te ama....
Si solo conocieras como te busca....

1/09/2007

Bajo el asfalto de enero..........


Lo vi. bajo el sol, con un trapo color caqui como pantalón, descalzo y el pelo hasta la cintura. Mas era un amasijo que cabellera. Caminaba sin rumbo, dando tumbos, aplastado por el pavimento, el alquitrán negro chicloso bajo los 36°C a la sombra. Las calles desiertas atestiguaban un domingo a la hora en que las ánimas pasan el calor bajo los frescos árboles de las viñas de las inmediaciones. Me hizo recordar la canción "El mendigo del Dotzu, de Moris". El estaba en medio del cruce de calles, solo un par de autos que escapaban del sofocante calor como cucarachas, pasaron a su lado haciéndole el quite. El giraba sobre si en medio del cruce. Caminaba cuatro pasos al norte, luego tres al sur, dos a su izquierda y otro más al norte. Como un trompo endemoniado sin norte, una brújula maldita guiaba sus pasos hacia la profundidad de su demencia. Entonces pensé: "Por que me diste de beber cuando tuve sed, por que me diste de comer cuando tuve hambre.....". Me detuve en un negocio rápidamente, pedí una bebida helada, muy helada y dos empanadas. Una de pino, no, mejor dos de pino. ¿De que son esas? pregunte. De camarones con queso derretido y anchoas, me dijo la niña del mesón. Déme de esa también. Pero rápido !!!!. La tipa de la caja parecía hacerlo lento a propósito. Mientras yo lo miraba a El desde la vidriera. Ya no estaba en la esquina haciendo cabriolas al tiempo. Se había ido. La cajera comenzó a tener problemas con la maquina, ponía cara de simio frente a un ábaco, y todo lo hacia mas lento!!!!!. Al fin pague y salí a buscarlo. Acelere y ya había recorrido un par de cuadras y estaba por creer que se me había fugado por alguna puerta por un horno al centro de la locura, de su locura. Solo las aceras vacías, las grandes extensiones de pasto seco, el alquitrán del asfalto que emanaba ondulaciones sicodélicas, como un gran paisaje de Van Gog. Soles amarillos dando vueltas e irradiando el calor de Macondo. Aquí. De repente lo divise, pare el auto cerca de El. Me baje con las empanadas y la bebida. Me acerque a El. Y el olor pestilente que emanaba de su cuerpo me recibió a tres metros de El. No tenía más de 25 años. La cara hinchada por el alcohol con que dopaba la soledad y nuestro abandono. El una vez estuvo en los brazos de su madre. Solo atine a decirle, Hermano, tienes hambre?. (Harto hueona mi pregunta). Balbuceo algo ininteligible para los humanos, mas no para los Ángeles. (Yo no le entendí nada). Y le pase el cambucho con la comida y le destape la bebida. Se sentó en el césped exterior de una linda casa. Una casa como la mía. Bajo la sombra fresca de un árbol. Lo deje comiendo, le bendije desde lo mas profundo de mi corazón y me fui. Pero me fui con una sensación de vacío. Fue lo mismo que hubiera pasado por la misma esquina y simplemente le hubiera hecho el quite como los demás. Creo que en cierta medida actué igual. Sentí decepción de mi por no llevarlo a casa, por no manguerearlo con agua y lavarlo, por no cortarle el pelo, por no vestirlo con suaves y frescas telas.
En cierta medida el y yo somos iguales. El camina con la brújula descompuesta hacia el norte de su locura, perdido, abandonado, solo. Y yo, que camino solo, con mi silencio eterno a cuestas hacia Cristo, que es la única promesa de vida que tengo. Dos seres bajo el caluroso desierto de asfalto. Cada uno hacia su segura promesa.

1/04/2007

Como vivir tu vida en Soledad de Pareja


En este caminar por las experiencias que el Señor puso en mi largo transitar, experiencias dolorosas algunas, pero que encajaban perfectamente en el plan de vida que él tiene para mí. Algunas cosas he podido recoger, y que por su gracia y en el Espíritu de Cristo comparto con vosotros.
Todas las criaturas del Señor, hechas por su voluntad y puestas en esta tierra, tienen su dualidad en su especie. Y como el día y la noche, así, por su mano, la mujer fue dada al hombre en gracia y compañía. Mas si estas casado bajo la ley humana, ten en cuenta que ya te has unido en carne y espíritu a tu compañera. Por que ya has sido unido por tu Dios, bendecido eres con la sierva de tu juventud por su gracia y Ley. Antes que la del hombre. Por tanto en unión bendecida por el Señor, habitas y duermes junto a tu compañera. Tu compañera de vida es una dadiva de Dios. ¿Has de maltratar, desvalorar y desechar las dadivas que tu Dios te ha dado? No lo creo.
Mas, son muchas las ocasiones en que el hombre desecha estas dadivas. Y tenemos en la experiencia de la vida cotidiana, donde madres solteras, hombres y mujeres divorciadas, separadas, viudos, etc. Han quedado en posición de soltería forzada o soledad en su vida conyugal y de pareja, Lo hayan querido o no. Por ello en forma simple y clara, Dios nos entrega su palabra al respecto. ¿Qué hacemos a partir de nuestra condición actual? Dice el Señor en 1 de Corintios 7: 27 “¿estas ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estas libre de mujer? No procures casarte.”
Nada hay mas claro que el Señor nuestro Dios, apartándonos de las distracciones del mundo, nos ha puesto a quienes estamos bajo condición de soltería, en la oportunidad de destinar nuestros propósitos, ya no para el mundo o agradar mujer o varón. Si no para agradarle a EL. Siguiendo en forma piadosa sus enseñanzas, viviendo nuestra vida en devoción constante en acto y pensamiento de acuerdo a su Ley. Y dedicándonos en cuerpo, mediante la castidad, a cultivar la obra del Cordero de Dios en nuestra vida diaria. Pocas veces el hombre y la mujer, han estado más prestos a partir en camino de santidad, a vivir su existencia en la Gloria de Dios.

En la firme creencia, por su gracia y en el Espíritu de Dios, sabemos que volveremos a nuestro origen y destino. Retornaremos al seno del Padre Celestial dejando atrás la materia y los afanes de este mundo, para vivir una vida en gloria y eternidad unidos a El.

Dicho para la Gloria del Padre, Su hijo Santo, Cristo el Salvador y el Espíritu Santo que nos mantiene en su comunión.

Amén

1/03/2007

¿DE QUE ESTA LLENO TU CORAZON?


Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas. Y dijo:
En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta de su pobreza echó todo el sustento que tenía".
(Lucas 21: 1-4)

¿Por qué echó ella más que todos? Jesús lo dice: porque dio todo lo que tenía, lo cual le demandó un gran sacrificio, un sacrificio que sólo quien ama sin reservas puede hacer. Lo que determina el valor de lo que uno hace es el amor con que lo hace. El amor da valor a nuestros actos. El acto más pequeño, más insignificante y más rutinario, hecho por amor a Dios o al prójimo, tiene un valor inmenso. La acción más heroica hecha por amor de la gloria pero sin verdadero amor, vale muy poco en comparación. El que tiene todo dando de lo que le sobra, da con indiferencia porque no le cuesta dar. Aquel a quien le cuesta dar porque le falta aun lo indispensable, sólo puede dar u obligado o por amor. Hay pues aquí una regla: el amor da valor a nuestras acciones; la indiferencia quita valor aún a nuestras mejores acciones.

Esto mismo enuncia Pablo en 1Cor 13: "si entregase mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, de nada me sirve" (vers.3). En otro lugar volverá Pablo sobre el tema cuando dice que "Dios ama al dador alegre" (2 Cor 9:7); esto es, a quien, aunque le cueste separarse de su única moneda, le alegra devolver a Dios una parte de lo mucho que ha recibido de Él ¡Cómo pudiéramos dar nosotros de lo nuestro con el desprendimiento y amor que mostró esta viuda! Es una gran verdad que las posesiones nos impiden amar a Dios; Atan nuestro corazón. En cambio el que no tiene nada puede amar a Dios con todo su corazón, porque su corazón está libre y no está apegado a lo que posee.

¡Cuán cierto es lo dicho por nuestro Señor Jesús: "Donde está tu tesoro está tu corazón" (Lc 12:34). No hemos comprendido toda su profundidad. El que tiene un gran tesoro tiene su corazón acaparado totalmente por él, al punto que no puede amar otra cosa que no sea su dinero. El dinero se vuelve como un agujero negro que absorbe todas sus energías y las atrae a su núcleo en un remolino voraz. En cambio el que tiene poco, tiene poco de qué preocuparse "Dulce es el sueño del trabajador,-dice el Eclesiastés- coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia". (5:12). El que va ligero de equipaje, y esa es una buena imagen de la ausencia de posesiones, viaja más libremente y puede moverse con más libertad. El que lleva mucho equipaje tiene mucho en qué pensar y mucho que cuidar y por eso camina dificultosamente.

Sin embargo, se dice, que la pobreza es una carga pesada y que quita libertad al que la sufre. Y es cierto. ¡Qué limitado está el pobre en sus deseos y en la satisfacción de sus necesidades! En cambio el rico todo lo puede. Se da lujos sin pensar que con lo que malgasta salvaría a muchos de la miseria. Decide, manda e impone sus caprichos porque con su dinero compra las voluntades. Pero todo depende del color del cristal con que se mire, según reza el dicho.
El dinero da libertad en lo material, pero la quita en lo espiritual. La pobreza es al revés, da libertad en lo espiritual, pero la quita en lo material.

La mayoría de los hombres escogerá un sano término medio: "…no me des pobreza ni riqueza; mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga ¿Quién es el Señor? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios" (Pr.30:8,9). O como dice el apóstol: "Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto." (1ª Tm.6:8). Pero hay quienes niegan esta doctrina, que es la más bíblica de todas las referentes al dinero, y predican lo contrario.

Ella encierra tanta verdad en lo que se refiere a la virtud de la predicación! Nuestro Señor Jesucristo la tuvo en cuenta cuando mandó a los doce a predicar de dos en dos: "no toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas." (Lc.9:3, véase también Mt.10:9,10). Nuestro Señor Jesucristo, Juan Bautista, Pablo ¿llevaban puestos vestidos costosos y se desplazaban en carruajes? Si así fuera ¿quién los hubiera escuchado?
¿Se puede predicar a Cristo llevando un anillo de oro engastado con brillantes en el dedo?

Se ha criticado la época en que los prelados eclesiásticos llevaban al pecho cruces con piedras preciosas, y vivían en palacios ostentosos; tiempos en que la iglesia ya no podía decir como Pedro: "oro y plata no tengo" porque de ambas cosas estaban repletas sus arcas. Pero tampoco podía decir: "levántate y anda", porque carecía del poder para sanar enfermos (Hch.3:6). Aunque no se daba cuenta, era pobre de solemnidad en lo espiritual: "Porque tú dices yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo." (Ap.3:17). Ahora los que criticaban con buen motivo a esa iglesia del pasado quieren imitarla. Anhelan poseer sus defectos como si fueran virtudes.

Este pasaje nos muestra también cómo el Señor observa todos los acontecimientos humanos; porque su Palabra penetra en el corazón del pobre y del rico "y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hb 4:12). Nuestros actos más triviales pueden tener para Él gran importancia, y los que consideramos relevantes, ninguna. Lo que el pobre hace desde su miseria, y que nadie nota, puede ser para Dios de mucha mayor trascendencia que el acontecimiento que destacan los titulares de los diarios. La posición actual que ocupa el hombre en la sociedad y en el mundo es incierto indicio de la que ocupará en la otra vida. O, más bien, nos permite ver cuál será, en contraste con la presente, porque
"los últimos serán los primeros y los primeros, últimos" (Lc 13:30).

También cabe preguntarse ¿por qué se fijó Jesús en la viuda? No sólo por su desprendimiento, creo yo, sino también porque padecía necesidad. Todo el que sufre o pasa hambre atrae la mirada de Dios mucho más que el que está satisfecho. Pero entonces se preguntará ¿por qué Dios no acude a solucionar sus angustias y permite que continúe su miseria?

Nosotros no podemos comprender cómo Dios actúa. Su tiempo y su perspectiva es muy distinta y mucho más vasta que la nuestra (Is 55:8,9). Pero en su momento todo dará su fruto. Los hechos ocultos aparecerán en todo su esplendor ignoto, y las que parecían proezas gloriosas las dispersará el viento como hojarasca. El pobre y el rico cosecharán lo que sembraron ("Los que sembraron con lágrimas con regocijo segarán", Sal 126:5). Mirarán atrás y verán cómo su vida fue un suspiro que pasó raudo como el viento. Y que lo que sufrieron o gozaron es poco comparado con lo que ahora les espera, porque la verdadera vida recién empieza.

Amados hermanos, aprendamos e imitemos a nuestro Señor:
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.
(2 Co. 8: 9)
“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido…”
(1 Ti. 6: 1, 4)





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