Hace unas semanas atrás, me llamo la atención al leer sobre el lanzamiento de un libro y su autor. Se trataba nada menos que del mismísimo Joseph Ratzinger o más conocido como el Papa Benedicto XVI. ¿El titulo del libro? Jesús de Nazaret. Primero me llamo la atención que un Papa lanzara al mundo un libro escrito de su puño y letra y sobre un tema que no solo le es propio, si no que sobre el cual puede dar cancha tiro y lado, como decían los huasos. TSenti que tener acceso al libro y leerlo era como ser contemporáneo de algunos personajes históricos y leer los manuscritos de los Medicci sobre el renacimiento, o serlo de Napoleón y leer sus apuntes de como emprender una campaña militar en la vieja Europa. Me decidí a leerlo y mis expectativas han quedado ampliamente sobrepasadas. Primero que nada debo decir que no me encontré con un denso y pesado tratado escolástico sobre la figura de Jesús, para nada. Esta escrito en forma sencilla, diáfana diría yo, simple, coloquial y hasta podría decir intimo, gratamente amigable. Reflexiones profundas que aletean en la conciencia del cristiano, tan gráciles como el aleteo de una mariposa. Únicas, hermosas y perecederas como el hombre. Mas eternas después del transito natural de la materia. Benedicto XVI aparece develado por su estilo como un ser sencillo, dulce, maravillosamente conectado con el movimiento infra material que se mueve debajo del mundo simbólico. Y desde ahí, al lector le permite navegar distendidamente por la esencia de la personalidad histórica-divina de Jesús. Abordándolo mas allá del simple punto de vista histórico y referencial, si no que se despliega en movimiento grácil y constante entre los hechos y el significado profundo de cada hecho o palabra que emana del acontecer cristologico. Benedicto XVI devela lo no manifiesto a los ojos y oídos simples. La trascendencia de Jesús el hombre, su simbolismo y unidad en la persona del Cristo, en comunión con el Padre Eterno. Maravilloso concierto de reflexiones, tan sutil y ligero como la destreza con que plantea los lineamientos a lo largo de todo el libro. Convirtiéndolo en una verdadera delicia. Me quedo con una reflexión de San Agustín que se cita al principio del libro sobre Jesús. "Mas interior en cada uno de nosotros que lo mas intimo nuestro”. Así se puede volar a través de todo el libro, disfrutando del perfume de Cristo y su esencia, en un acto intimo de cercanía estrecha con su mensaje. El libro se siente y lee como un acto de amor entre el hombre y Cristo. Amor hacia quien sube a la cruz por ti y por mí. Entregándonos un legado que a partir de su entrega sublime como el cordero inmolado, y que se clava con su cruz en la civilización occidental como el hito más importante de todos los tiempos. Que falta le hace a nuestra clase política alinearse en la senda heredada del mensaje del Hijo de Dios. Sobre todo a aquellos que persiguen el poder para y por el embrujo del poder.
Recomiendo el libro para disfrutarlo como un exquisito bocato di cardenale....a leer muchachos
