Padre, Dios y Padre. Dios Eterno y Dios del Silencio. Dios de dulzura y Dios de Amor.
Cantan las hojitas al mecerse en el viento, suavemente bajo el sol de la tarde y la primavera. Tu creación te canta Padre, serena y diáfana como una sierva amorosa. Te canta en lo alto y sus aves, te canta bajo los mares, Dios de lo profundo e insondable. Dios de la luz eterna. Siento tu presencia luminosa e infinita, conciencia que avanza en el tiempo-espacio haciéndome sentir nada más que polvo estelar a tu lado, Dios de la ternura. Dadivoso pones tu espíritu en el mío y el gozo me arrebata. TU estas aquí, Dios eterno y maravilloso, gran entidad de bondad y perfección suma. Mente cúspide de las ecuaciones y la geometría, Dios de las abejas y las hormigas. Nada soy a tu lado, más solo en ti y tu espíritu en mí. Dios de los arreboles y la lluvia. Toda la belleza de tu creación es un reflejo de tu esencia, Padre eterno. Dios de perdón y misericordia. ¿Que puedo ser yo a tu lado para que de mi tengas memoria? Dios de la ecuación infinita. ¿Por que me cantas Dios en el trino de los pájaros, si soy la imperfección misma? ¿Por que entregaste a tu hijo santo, el Cristo supremo, por algo como el hombre? Dios de bondad y dulzura.
No me cansare nunca de alabarte, de adorarte Dios perfecto. Concedeme en tu gracia el espíritu santo para caminar en santidad y rectitud delante de tu faz, permíteme por tus misericordias hacer que tu ley sea mi sangre que recorra mis venas. Permite adorarte y alabarte con mis actos, con mis sentimientos íntimos, con mis obras y con mi sentir. Cada día de la vida que de ti me viene, Dios de mi vida y Dios de pureza, permíteme convertirlo en un acto sagrado para tu honra y gloria de Jesucristo nuestro señor y Dios. Permíteme ofrecerme como sacrificio, tan digno como tu me lo permitas, Dios de mi cuna, y todos los días brindarte en culto de adoración y servidumbre. No hay nada mas allá de ti que me llene de gozo y dicha que tu presencia y tu ley, Dios del viento y las mareas. Permíteme ser en ti, y disolverme en tu luz eterna y esplendorosa, para tu gloria y honra en este amor inconmensurable que me brota por ti, Dios amado. Dios de toda mi vida.
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